Desde 1995 –cuando se dictó la Ley de Financiamiento de la Vivienda 24.441– hasta agosto de 2015 –momento en que comenzó a regir el Código Civil y Comercial–, el instituto del fideicomiso ha pasado por muchos vaivenes: escasa utilización en un principio, euforia por constituirlos tiempo después, considerable disminución en los períodos de crisis, y nuevamente aplicación en masa, en especial para la construcción de edificios de propiedad horizontal e inversiones financieras, agrícolas y ganaderas.
En pocas palabras, ese puede ser el derrotero del fideicomiso en nuestro país desde su nacimiento como instituto autónomo y con regulación propia. Ahora bien, entendemos que la aparición de nuevas normas en el cuerpo del Código Civil y Comercial revitalizará a la figura, y permitirá que se amplíen sus usos y que sea más versátil de lo que ya era.
En este trabajo, nos proponemos analizar la figura con todas sus consecuencias e implicancias, poniendo especial énfasis en llevar a cabo una explicación clara y con fines prácticos y didácticos. La idea es que los lectores tengan un fácil acceso al fideicomiso y sus aplicaciones en las relaciones personales, sociales y comerciales.
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