El objetivo de este libro es esbozar algunas ideas concretas sobre la necesidad de llegar a una concertación, un “pacto social y económico”, destinado a garantizar la gobernabilidad y el desarrollo del país.
Nos preguntamos si es factible tener acuerdos como “los Pactos de la Moncloa”, firmados en España, y otros antecedentes nacionales. Pero, para ello, proponemos salir de la endogamia y reproducirnos en la diferencia para lograr los objetivos planteados en el pacto que sugerimos.
Enfatizamos que las discordancias tienen que dejarse de lado, pues un gobierno dividido puede derivar en malos funcionamientos de las instituciones, estancamientos y crisis constitucionales.
En nuestro ensayo, priorizamos el consenso entre las distintas fuerzas para garantizar políticas estables de crecimiento, independientemente del partido político que gobierne, y reiteramos que es imprescindible avanzar hacia un pacto político y económico fiscal en pos de una construcción colectiva que nos permita acceder al derecho de la dignidad humana, a la estabilidad social y a la búsqueda de una nueva prosperidad.
Para instrumentarlo hemos propuesto que, a través de una convocatoria a los principales actores del país, el gobierno de turno debería promover legalmente la creación de un Consejo para el Pacto Social y Económico de la República Argentina, a los efectos de consensuar objetivos prioritarios para salir de la crisis social y económica financiera, y del que resulte una propuesta que debería elevarse al Congreso de la Nación urgentemente para la implementación de las medidas pertinentes.
Con el fin de evitar un deterioro institucional, debemos dialogar en todos los ámbitos; la convivencia exige reglas tales como la tolerancia mutua y la contención institucional, conceptos íntimamente relacionados para evitar poner en peligro el sistema existente.
La democracia existe para potenciar la acción colectiva; se busca el equilibrio de posiciones diversas. El camino es la negociación y el diálogo constructivo.
Ya no es momento de seguir sin metas firmes o con políticas cortoplacistas. El país no puede perder más tiempo. La forma de encarar la política debe cambiar y, para ello, es necesario consensuar.
Es nuestra responsabilidad y la de los que nos gobiernan ceder a las generaciones futuras las ideas, los conocimientos y los datos concretos que les permitan revertir el círculo vicioso.
La propuesta que formulamos en esta obra es solo una pequeña contribución para llevar a cabo una doble tarea: que los gobiernos sean capaces de pensar las ideas que necesita nuestro país y, a la par, tener la habilidad de llevarlas a la práctica.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.