La empresa privada ha sido —y sigue siendo—, sin duda alguna, el factor más importante de desarrollo económico y cambio social desde la Revolución Industrial hasta nuestros días.
Y el modo en el cual las organizaciones empresarias se desenvuelven y despliegan su accionar en el mercado —tanto doméstico como globalizado— es bajo la forma de sociedades comerciales; entes a los cuales la ley les confiere una personalidad jurídica diferenciada de la de sus socios.
Sin embargo, este privilegio de poder generar —en forma privada— sujetos de derecho no es una facultad que haya sido establecida por el legislador en forma absoluta.
Tal posibilidad está condicionada al respeto de las condiciones de uso que el propio legislador ha impuesto, tales como mantener una actividad empresaria genuina, y no utilizar el instrumento para violar la ley, el orden público, ni para frustrar derechos de terceros; supuestos —éstos— en que, a través de la figura de la inoponibiliad de la personalidad jurídica, las conductas desplegadas por la sociedad pueden imputarse directamente a socios y controlantes.
En la presente obra, el autor analiza este fenómeno, a la luz de los antecedentes históricos, la legislación vigente, el Derecho comparado y la jurisprudencia civil, comercial, fiscal y laboral, formulando una tesis particular sobre el instituto.
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